No cuesta nada, pero crea mucho.
Enriquece a quienes reciben, sin empobrecer a quienes dan.
Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo dura a veces para siempre.
Nadie estan rico que pueda pasarse sin ella, y nadie es tan pobre que no pueda enriquecer por sus beneficio.
Porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel a quien no le queda ninguna que dar.
De modo que si usted quiere gustar a los demás la regla es: SONRÍA.
Salvador Garmendia.(1980). Como ganar amigos e influir en sobre otras personas. Bogota: Ediciones Cosmo.